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APRENDER A TOLERAR LA FRUSTRACIÓN

APRENDER A TOLERAR LA FRUSTRACIÓN

APRENDER A TOLERAR LA FRUSTRACIÓN 720 540 Elena Mar

SER FELIZ…

Ser feliz, no es estar alegre cuando las cosas van bien, ser feliz es saber encajar los “golpes que la vida nos da” sin que esto nos afecte en nuestro equilibrio emocional. Claro que tenemos “derecho” a enfadarnos y a entristecernos cuando algo negativo nos sucede, son emociones y las emociones están para sentirlas, para irnos guiando, para darnos pistas sobre lo que vivimos y son una buena brújula para guiarnos en nuestro caminos. Además, nos sirven para mostrarnos hacia dónde nos debemos dirigir, pero el secreto de una Inteligencia Emocional y de un equilibrio personal es reconocerlas y saber “soltarlas”…que no se nos enquisten, que no nos condicionen. Hoy vamos a aprender a tolerar la frustración.

Ser tolerantes a la frustración es la mejor arma que tenemos ante las adversidades, y cuanto antes aprendamos a ser tolerantes a las frustraciones, más fácil será manejar el proceso emocional, nuestra vida cotidiana y nuestras relaciones con los demás y con el entorno.

Aprender a tolerar la frustración desde pequeños

Permite que los niños puedan enfrentarse de forma positiva a las distintas situaciones que se les presentarán en la vida.

La frustración es una vivencia emocional que se presenta cuando un deseo no se satisface.

Tolerar la frustración supone ser capaz de afrontar los problemas y limitaciones que nos encontramos a lo largo de la vida, se trata de una actitud, y cómo siempre digo las actitudes pueden trabajarse y entrenarse. Y cuanto antes se empiece, más fácil nos resultará, por eso es tan importante para nuestros niños empezar desde la infancia a saber ser resilientes, a aprender a equivocarse y a saber que no pasa nada si todo no está al alcance de nuestras manos.

Todo esfuerzo tiene su recompensa y en la vida hay cosas que sí que dependen de nosotros y deberá ser ahí donde pongamos nuestro foco y nuestro esfuerzo, y otras circunstancias que no dependen de nosotros y que como no las vamos a poder cambiar, es mucho mejor aceptarlo en lugar de frustrarnos, y poner nuestra energía el otras cosas que sí nos conduzcan a un término positivo y fructífero.

En la etapa infantil, los niños suelen pensar que el mundo gira a su alrededor, que lo merecen todo y que pueden conseguir al momento lo que piden. No saben esperar porque no tienen desarrollado el concepto del tiempo ni la empatía necesarias para pensar en los deseos y necesidades de los demás.

Es entonces cuando hay que empezar a enseñar a los niños a tolerar la frustración. Si los padres siempre dan a los hijos todo aquello que piden, los pequeños no aprenderán a tolerar el malestar que provoca la frustración y a hacer frente a situaciones adversas. Por ello, en la edad adulta, seguirán sintiéndose mal cada vez que no consigan aquello que se han propuesto.

Es por ello que intentar complacer siempre a los niños y evitar que se sientan frustrados ante cualquier situación no favorece su desarrollo integral como persona, ya que cuando sean adultos deberán enfrentarse a circunstancias tanto de éxito como de fracaso. Existen teorías basadas en la psicología infantil, que apoyan que si no se enseña a los niños a aceptar los fracasos, es posible que desarrollen una actitud agresiva reincidente.

Los niños con poca tolerancia a la frustración

Suelen ser:

  • Son muy exigentes.
  • Tienen una baja capacidad de adaptabilidad y suelen ser poco flexibles.
  • Creen que todo gira a su alrededor y que lo merecen todo, todavía su cerebro no ha podido desarrollar el concepto de empatía, debido a su corta experiencia, por lo que sienten cualquier límite como injusto ya que va contra sus deseos. Les cuesta comprender por qué no se les da todo lo que quieren.
  • Tienen dificultades para gestionar sus emociones.
  • Son más impacientes e impulsivos.
  • Buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, por lo que, cuando deben enfrentarse a la espera o postergación de sus necesidades, suelen tener llantos y rabietas.
  • Pueden desarrollar, con más facilidad que otros niños, ansiedad o depresión ante conflictos o dificultades mayores.
  • Manifiestan una tendencia a pensar de forma radical: algo es blanco o negro, no hay grises, no hay términos medios.

Muchos padres intentan evitar y reducir las fuentes que causan frustración en los niños, y terminan por convertir cualquiera de sus fracasos en un nuevo éxito. Muchas veces porque los propios padres no podemos soportar esa situación de estrés…pero cediendo a sus deseos sólo estamos incrementando esos comportamientos y acostumbrándoles a esas reacciones. Para prevenir esta situación y conseguir que el niño tolere la frustración, los padres deben evitar la sobreprotección y no abusar de la permisividad. La conducta permisiva se manifiesta, con frecuencia, al ceder ante cualquier requerimiento de los niños, de modo que al conseguir siempre lo que quieren, nunca se enfrentarán a situaciones negativas, problemáticas o frustrantes.

TÉCNICAS PARA aprender a TOLERAR LA FRUSTrACIÓN

  • Marcarles límites: Los niños necesitan tener ciertas “reglas del juego”, esto les da seguridad y refuerza la autoridad de los adultos, sin límites los niños crecen sin referencias y se sienten perdidos. Los límites marcados con amor y respeto son muy necesarios para su crecimiento, ya que la sociedad en la que van a crecer también tendrá sus límites y es muy beneficioso, que aun manteniendo sus decisiones en las pequeñas cosas, que a su edad vaya correspondiendo, que por otro lado, también son muy importantes para crearles una personalidad sólida y una autoestima sana, es fundamental que todo esté enmarcado dentro de unos límites marcados por los progenitores.
  • Marcarles objetivos: Hay que enseñar a los niños a tolerar la frustración poniéndoles objetivos realistas y razonables, pero sin exigirle que se enfrente a situaciones que, por su edad o madurez, sea incapaz de superar.
  • Dar ejemplo: Los niños aprenden de lo que ven, no de lo que se les dice. Ellos son muy inteligentes y pueden detectar perfectamente la actitud positiva de los padres a la hora de afrontar las situaciones adversas, este es el mejor ejemplo para que los hijos aprendan a solventar sus problemas.
  • No ceder ante sus rabietas, mantenernos firmes: Cuando los niños no consiguen inmediatamente lo que quieren, suelen acabar teniendo una rabieta. Si los adultos cedemos ante ellas, los pequeños aprenderán que esa es la forma más efectiva de resolver los problemas y tenderán a repetirlas. No refuerces sus gritos y pataletas con su atención hasta que se calme. Sólo darles las cosas si lo piden calmados, sin llanto y gritos.
  • Educarles en la cultura del esfuerzo: Es importante enseñar a los niños que es necesario esforzarse. Así aprenderán a responsabilizarse y a saber que hay que poner de nuestra parte para alcanzar nuestros objetivos y que el esfuerzo tiene su recompensa.
  • Convertir la frustración en aprendizaje: Las situaciones problemáticas son una excelente oportunidad para que el niño aprenda cosas nuevas y las retenga. De esta forma, podrá afrontar el problema por sí mismo cuando vuelva a presentarse. Siempre utilizo la frase nada es error, todo es aprendizaje. Porque nadie nace “aprendido” y es muy importante que a los niños se les transmita este mensaje, que lo importante es la intención y lo importante es intentarlo, y que si no sale bien a la primera no pasa nada. La siguiente vez seguro que como tenemos más experiencia todo saldrá mejor.
  • Enseñarles desde muy pequeños a no compararse con nadie: Dejarles claro el mensaje de que cada persona tiene unas aptitudes y unos talentos. El reto de cada niño es superarse a sí mismo, pero no superar a los demás, por ejemplo puede que Juan juegue muy bien al fútbol, pero Mario dibuja muy bien. Ayudar a cada niño a que encuentre sus talentos y su pasiones y potenciarlas. Dejándoles claro, que en la diversidad está la “riqueza” y que no tenemos por qué comparar nuestras destrezas con las de los demás niños. Porque cada persona es única e incomparable, las comparaciones a determinadas edades les pueden llegar a frustrar mucho y llegar a crear verdaderos problemas de autoestima.
  • No darles todo hecho: Ellos deben aprender por ellos mismos los nuevos hitos y retos que se adecúan a su edad. Así podrán ir aprendiendo, mediante los errores. Si se le facilita todo al niño y no se le permite alcanzar sus retos por sí mismo, es difícil que pueda equivocarse y aprender de sus errores para saber cómo enfrentarse al fracaso.
  • Enseñarles a ser perseverantes: La perseverancia es esencial para superar situaciones adversas. Si el niño aprende que siendo constante puede solucionar muchos de sus problemas. Sabrá controlar la frustración en otras ocasiones.
  • Enseñarles técnicas de relajación, como el Mindfulness, todos nos enfrentamos a las situaciones adversas de una forma más positiva si estamos relajados. Un buen consejo es enseñar a los pequeños a aumentar su tolerancia a la frustración a través de la respiración y la relajación. Esto también nos viene muy bien a los adultos. Para poder estar calmados cuando las situaciones con nuestros pequeños ponen a prueba nuestros nervios. Además, sería muy conveniente realizar este tipo de ejercicios en familia.
  • Enseñar a identificar el sentimiento de frustración cuando aparezca: Si se familiarizan con esta sensación y la pueden reconocer antes de que se instale en ellos. La podrán manejar desde otro nivel y podrán verla como algo pasajero que pueden minimizar de forma sencilla. A través de trucos, como ponerse un nuevo objetivo o tomar conciencia de que realmente el asunto no es tan dramático. Además sabrán cómo volver a su estado original de forma mucho más consciente.
  • Reforzar las acciones apropiadas del niño: Es importante elogiarlo cuando retarde su respuesta habitual de ira ante la frustración, y cuando utilice una estrategia adecuada.
  • Enseñar al niño cuándo debe pedir ayuda: A algunos pequeños les cuesta pedir ayuda, mientras que otros la piden constantemente y de inmediato. Hay que enseñar al niño a intentar encontrar una solución primero. Si se siente frustrado al realizar alguna tarea, debemos intentar enseñarle a que pedir ayuda no es algo malo, y que estamos a su lado cuando nos necesiten.

Si nos dotamos de herramientas que nos ayuden a entender la psicología infantil https://elenamarcoach.com/servicios/coaching-infantil-juvenil-y-familiar/, nos será mucho más fácil el día a día y pode mantener una vida cotidiana en familia mucho más equilibrada y satisfactoria.

Espero que te haya ayudado esta entrada y así aprender a tolerar la frustración de una manera adecuada.

Sobre la Autora

Elena Mar

Nacida en Madrid, Licenciada en Ciencias Económicas por la UAM, Máster en Gestión Empresarial, he trabajado más de quince años como Consultora en Grandes Empresas, negociando con clientes y coordinando equipos. Me apasionan las relaciones humanas y la parte emocional de las mismas, eso me ha llevado a ampliar mis miras e indagar en el comportamiento humano formándome en Coaching y en disciplinas Humanistas. Actualmente apoyo a las personas en sus procesos y las acompaño en la consecución de sus metas.

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