Lo novedoso de esta terapia es que vamos a abordar la situación de una manera distinta a la habitual. No tratando de enfocarlo de forma intelectual, como procurar ser razonables, aprender a negociar o mediante técnicas de discusión, porque todas esas fórmulas sirven para momentos en los que nuestra mente está funcionando con el neocortex (con el intelecto) y normalmente ante una situación difícil en la pareja o una discusión acalorada con nuestro cónyuge, nuestro cerebro está en modo límbico (emocional) y es imposible pararnos a razonar, por muy bien que se nos de la comunicación, si nos tocan lo emocional es muy difícil controlarnos.

Por eso, esta terapia va un paso más allá, la TCE busca crear y fortalecer la vinculación afectiva a partir de los momentos clave que forjan una relación amorosa adulta, la apertura, la sintonía afectiva y la capacidad de reacción emocional. No nos quedamos sólo en mejorar la comunicación, sino que indagamos en la emoción, en la necesidad de apego y vínculo. Se ofrecen herramientas de diagnóstico y el trabajo se encamina en fomentar un tipo especial de reacción emocional esencial para un amor duradero.